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Reparto: Juan Diego Botto y Nur Levi Composición original y músico en escena: Alejandro Pelayo
Whitman estaba altamente influido por el deísmo. Negaba que alguna fe fuese más importante que otra y abrazaba todas las religiones por igual. Era un religioso escéptico, a pesar de que aceptaba a todas las iglesias, no creía en ninguna. Para él, el alma humana es inmortal y se encuentra en un estado de constante y progresivo desarrollo. A través de la lectura de sus poemas y la música original compuesta por Alejandro Pelayo nos adentramos en el marco histórico y contexto social del poeta. Walt Whitman fallece en Nueva York en 1892, cuando la isla Ellis empieza a admitir inmigrantes.
Aunando la música del pianista y compositor Alejandro Pelayo y la literatura pronunciada, esta obra aborda la relación íntima entre música y poesía y rinde homenaje a Walt Whitman.